Desde el año 1.953 y hasta su muerte, Jenaro Gajardo Vera, un abogado de la localidad chilena de Talca, fue el legítimo propietario de la Luna.
Previamente había publicado tres anuncios en el Diario Oficial, un requisito exigido por la ley chilena y para dar oportunidad de ejercerlo, a quien pudiera tener algún derecho sobre el territorio que se pretendía registrar.
Nadie lo hizo, por lo que Jenaro procedió a inscribir la luna, como un terreno de su propiedad, en el Conservatorio de Bienes Raíces de Talca y previo pago de 42.000 pesos chilenos de la época. La escritura se oficializó el 25 de septiembre de 1.954, en éstos términos:
"Jenaro Gajardo Vera, abogado, es dueño del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475 kilómetros, denominada Luna, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente, espacio sideral. Fija su domicilio en calle oriente 1.270 y su estado civil es soltero. Jenaro Gajardo Vera. Carné 1.487.45-K. Talca, 25 de septiembre de 1954."
EL APOLO XI
En el año 1969, antes del alunizaje del Apolo XI, el presidente Richard Nixon envió un comunicado que se hizo llegar al abogado chileno a través de la embajada norteamericana en Santiago. El comunicado decía:
"Solicito en nombre del pueblo de los Estados Unidos autorización para el descenso de los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que le pertenece". Richard Nixon, 1969.
"Solicito en nombre del pueblo de los Estados Unidos autorización para el descenso de los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que le pertenece". Richard Nixon, 1969.
A lo que Jenaro Gajardo Vera respondió;
"En nombre de Jefferson, de Washington y del gran poeta Walt Whitman, autorizo el descenso de Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que me pertenece, y lo que más me interesa no es sólo un feliz descenso de los astronautas, de esos valientes, sino también un feliz regreso a su patria. Gracias, señor Presidente".
Jenaro Gajardo Vera, 1969.
SU LEGADO
Poco antes de morir Jenaro Gajardo dejó su Luna en testamento al pueblo chileno, expresándose de la siguiente manera en una notaría de Santiago de Chile:
"Dejo a mi pueblo la Luna, llena de amor por sus penas."
Jenaro Gajardo Vera, 1998.
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