viernes, 15 de octubre de 2010

Carmen, Pepe, Paco...


La curiosidad ha sido siempre uno de mis principales defectos, aunque me consolaba pensar que alguna vez pudo llegar a ser una virtud, desde aquella vez que escuché que constituía "el motor de la inteligencia"... 

No sé si el orgullo es hipercalórico, pero puedo aseguraros que engordé varios kilos de resultas de aquel comentario; aunque debí perderlos todos aquella otra vez que alguien me aclaró que la mejor forma de medir nuestro intelecto pasaba por la calibración de nuestra capacidad de adaptación, y confieso que la mía no es precisamente ventajosa...

De cualquier modo, este cotilla fronterizo que os escribe sigue disfrutando cada día, apasionadamente, con la búsqueda del origen y la explicación del porqué de las cosas... 

Un día quise saber un poco más sobre nuestros nombres más castizos...
 
CARMEN
Carmen es, sin lugar a dudas, uno de los nombres de mujer con mayor carga de hispanidad.

El origen de nuestro Carmen es romano, y viene a significar "poesía", aunque no debemos olvidar un origen árabe, que también lo tiene.

Para los árabes el cármen es el jardín, muchas veces interior, en el que tiene prolongación una casa, el espacio bajo la parra. Probablemente éstos lo tomasen de los hebreos, y ellos a su vez del Monte Carmelo, situado en el pueblo marítimo y pescador de Haifa, en Galilea, al norte de Israel.

La devoción a la Virgen del Carmen y su vinculación con pescadores, certámenes florales y de poesía, se entiende fácilmente a partir de lo expuesto en párrafos anteriores.


PEPE
José ha sido siempre uno de los nombres que se podía escuchar con mayor frecuencia, en nuestro país, en el que cariñosamente los Josés acababan, y aún acaban, siendo Pepes.

En la edad media y cuando se representaba la figura de San José, en óleos o esculturas de madera policromada, solía escribirse en la base: "P.P.". No es que con ello se pretendiese hacer campaña, ni apología de ningún partido político... Con "P.P." se intentaba recordar que San José era el Padre Putativo, ó adoptivo, de Jesús.

Al margen de esta curiosa teoría, existen otras que vinculan la derivación de Pepe a la forma italiana de José: Giuseppe.

PACO
En el origen de Paco, como hipocorístico de Francisco, existen también numerosas especulaciones: la romántica nos remonta a San Francisco de Asís, fundador de la Orden de los Franciscanos, al que sus acólitos se referían como el PAter COmunitatis, de donde derivaría el actual Paco.

Una tesis menos adornada, aunque más práctica, es la que nos cuenta que antaño se escribía Phrancisco, que acabó en la abreviatura "Phco", y que se hizo pronunciable con el añadido de una "a".

Quizá lo más coherente sea el pensar que los pequeños Franciscos, en su época de gateo y posterior balbuceo, no alcanzasen a articular correctamente su nombre y pronunciasen "Paquico"...



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