Siempre consideré esta web como una plataforma en la que no tendrían cabida las obviedades. Desde los planteamientos iniciales, hace ahora más de 15 años, pretendí resaltar lo curioso y lo extraño, aquello que antaño definíamos como amenidades, término que lamentablemente fuimos arrinconando en el desván de nuestros olvidos.
Que Trujillo es una preciosa ciudad, una de las más bonitas de España, es obviedad. También lo serían el recordar la espectacularidad de su Plaza Mayor, la fastuosidad de la estatua ecuestre de Pizarro que la preside ó la magnificencia de sus palacios blasonados.
No lo sería tanto -con esto entramos ya en materia que me gusta modelar- el deciros que otra escultura, la que corona la esquina superior de la torre de una de sus más evidentes iglesias (Torre Julia), representa al escudo del Atlétic de Bilbao.
Fue en 1.973, con motivo de las obras de restauración del mencionado templo, cuando uno de los canteranos tuvo el capricho de dejar allí, para la posteridad y la ira del arquitecto responsable, el emblema de su equipo.
Tras el lógico revuelo inicial se planteó la no menos lógica posibilidad de retirarlo, aunque acabó imponiéndose la cordura de pensar que al respetarlo podría llegar a constituir, como viene siendo, un atractivo turístico más. Desde entonces, a diario, son multitud los turistas que afanosamente lo buscan con el objetivo de sus cámaras.
El protagonismo mediático del deporte rey acabó trascendiendo más allá de los medios de comunicación de masas, que ya acapara desde hace lustros: ahora también está presente en la fachada de nuestras iglesias. Que nadie se rasgue las vestiduras, porque estábamos avisados: no en vano el estadio de este club se ha conocido siempre con el sobrenombre de "La Catedral"...
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