domingo, 30 de octubre de 2011

Mar adentro




En mi criterio, Mar adentro, de Alejandro Amenavar, es una de las mejores películas de la historia del cine español. Reparto, guión, interpretación, ambientación, banda sonora... todos los matices alcanzan a rozar la perfección en esta obra que, en la pretensión de ser un repaso biográfico de la vida de Ramón Sampedro, acaba constituyendo, no podía ser menos, todo un alegato a favor de la eutanasia activa ó del suicidio asistido.

He rescatado la que considero escena más carismática de éste impresionante largometraje; la que mejor ilustra la pugna que parece constituir el eje central, tanto de la trama como de la vida de Sampedro: aquella en la que el Padre Francisco, un jesuita también tetrapléjico, pretende hacer reconsiderar -al protagonista- su reiterado deseo de morir dignamente.

Volvemos a ver aquí a esa Iglesia retrógrada, llena de contrasentidos, la que a lo largo de los siglos siempre quiso dirigir no sólo nuestras vidas, también disponer de nuestra muerte...

Al margen de cualquier consideración metafísica y/o religiosa, la única propiedad de un ser humano, la sola cosa que llega a pertenecerle realmente, a lo corto o largo de toda su vida, es la identidad de su propia existencia. Cuando menos, en la pretensión de rebatir prematuramente los matices que pudieran esgrimir opiniones adversas: es algo cuya legitima posesión no debería poder reclamar nadie más.

El apellido Sampedro, como todos aquellos a los que se les antepone el apócope santificador, pone de manifiesto que alguno de los antepasados de Ramón fue criado en la inclusa de un orfelinato: un inicio de vida diferente, en contraposición con lo que decidió Ramón Sampedro para la suya: un final distinto... 

En cualquier caso, lo que realmente fue llevado a la pantalla no fue el suicidio, sino la serenidad que nace del planteamiento reflexivo del protagonista y la posición de las autoridades respecto de la demanda. Un suicidio en sí mismo no constituye noticia: en España, sin ser un país en el que sean particularmente frecuentes, vienen consumándose cerca de 10 al día.

¡Descansa en paz, Ramón!



1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una de las mejores películas para mi también , y la síntesis de este forelatos ,es excelente !!!!