Ayer se publicaron los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) correspondientes al tercer trimestre del año en curso: estamos a 21.700 trabajadores de alcanzar la cifra de los 5 millones de parados (ó dicho de otro modo: ya son 4.978.300 los desempleados que buscan ocupación).
A esta llamativa subida de la cesta de la compra se añade la evolución de los sueldos entre 2001 y 2010,... Pone de manifiesto que los salarios mínimos apenas crecieron, mientras que los más altos continuaron aumentando, a pesar de la crisis económica.
Estos datos, aún maquillados, bien pueden ilustrar el malestar en el que nos han sumido los políticos que, sea desde el poder, ó en el lado de la oposición, han gestionado la irresponsabilidad del desgobierno de este país.
Pero hay mucho más: desde la llegada del euro, la cesta de la compra se ha incrementado en un 60%, un porcentaje que dobla a la subida del índice de precios al consumo (IPC) en el mismo periodo de tiempo, de un 30%, según datos extraídos del I.N.E. (Instituto Nacional de Estadística).
Si se analiza la evolución del precio de los productos básicos, se puede ver su enorme incremento en los 10 últimos años. Los huevos, por ejemplo, han subido un 114%, mientras que el pan lo hizo en un 61%.
Si se analiza la evolución del precio de los productos básicos, se puede ver su enorme incremento en los 10 últimos años. Los huevos, por ejemplo, han subido un 114%, mientras que el pan lo hizo en un 61%.
A esta llamativa subida de la cesta de la compra se añade la evolución de los sueldos entre 2001 y 2010,... Pone de manifiesto que los salarios mínimos apenas crecieron, mientras que los más altos continuaron aumentando, a pesar de la crisis económica.
Por otra parte, no dejo de pensar en la cantidad de ocasiones que las autoridades tienen para castigar nuestros errores o censurar nuestros más insignificantes descuidos... Citando alguna: por algo tan nimio, de tan escasa trascendencia para los demás, como el olvidar colocarnos el cinturón de seguridad, no distraerían su ilegítimo derecho a meter la mano en nuestros ahorros... Pero... ¿Y ellos?... ¿Ninguno de ellos responderá por el despropósito de sus gestiones?... ¿Alguno habrá, al menos, con el valor de pedirnos perdón?
Mientras, apelando a la seriedad en estos dramáticos momentos de crisis, sugiero el cambio de la expresión EPA, y porque pudiera confundirse con la jubilosa interjección homónima, por otra que habría de resultar un poco menos festiva... En línea con el anterior intento de dar a las cosas el nombre más adecuado y oportuno, coincidiré en afirmar -con La Vanguardia- que en ésta ocasión el paro está resultando "imparable"...
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