martes, 24 de agosto de 2010

Casi al alba




Fue aquella noche*, te acuerdas? en la Plaza Mayor de Plasencia, junto a su ayuntamiento, una preciosa torre cuyo campanario se identifica como uno de los logos más representativos de la ciudad del Jerte.

Yo te "tiraba" fotos, admito que no sin cierto descaro: había conseguido un lugar preferente y me dejé llevar por la ambición de querer conseguir la mejor de mi vida o, cuando menos, una de ellas. Aún estando tras del objetivo pude detectar el capote de tus poses, en un gesto de simpática complicidad y, a pesar de que conozco las escasas, más bien nulas posibilidades de que llegues a leer esto, me gustaría corresponder agradeciéndote el gesto**.

La plaza rezumaba el calor con el que sus losas se habían venido cargando a lo largo de las interminables horas de aquel día del verano extremeño, en una clarísima invitación a la desnudez que tú te obstinabas en retrasar, que conseguías postergar con el soplo de brisa que constituían tus canciones.

Poco a poco la noche fue cerrándose en su lento caminar hacia el antagonismo del alba; sonaron los últimos acordes, empezamos a intuir que te estábamos perdiendo y pronto, en el espacio de un par de canciones, la ciudad se quedó definitivamente sin tu latido.

No eran las 4 y diez, desde luego, pero... el tiempo había pasado tan deprisa!... Ten, toma: esta es la foto, la mejor de cuantas pude hacerte. Admíteme que no es tan fea, aún a pesar de que el modelo no acabara precisamente de nacer...


*Una noche de agosto del 2.003
**Si por un casual llegases a leer esto, una de dos: sé un lector anónimo más ó, ¿por qué no?, escribe diciéndomelo (no te quepan dudas: conseguirías arrancarme un aleluya con el detalle). 


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