Nos encontramos en Londres y, probablemente no alcancen a identificarlo, pero no estamos en un sitio cualquiera, sino justo frente de la puerta de acceso a Downing street, la archipopular calle cerrada en cuyo número 10 reside el Primer Ministro del Reino Unido, hoy en día y esperemos que no lo sea por mucho tiempo, el Sr. Boris Johnson.
Son vísperas de la fecha en la que con toda probabilidad, si Dios o nuestros políticos no lo remedian, se producirá el tan temido Brexit duro, esto es: un abandono de la CEE por parte del Reino Unido, sin ningún tipo de acuerdo por ambas partes...
En la ciudad pueden verse señales a favor o en contra de esta ruptura, algunas incluso -más institucionales- alertando a la población acerca de la conveniencia de prepararse para el impacto... (Ver post anterior).
Y en este apocalíptico e inestable escenario, traten Uds. de imaginar a ese aprovechado, o si lo prefieren a ese despistado, que de cualquiera de estas dos figuras podría tratarse, con una bandera colgada en su ventana, frente a Downing Street y reivindicando un Brexit, aunque no precisamente este brexit sino otros...
En la foto (de la fachada ampliada) pueden verse las banderas que reivindican la independencia catalana y la de Escocia.
Oh my God!... Qué de divorcios!...
En la ciudad pueden verse señales a favor o en contra de esta ruptura, algunas incluso -más institucionales- alertando a la población acerca de la conveniencia de prepararse para el impacto... (Ver post anterior).
Y en este apocalíptico e inestable escenario, traten Uds. de imaginar a ese aprovechado, o si lo prefieren a ese despistado, que de cualquiera de estas dos figuras podría tratarse, con una bandera colgada en su ventana, frente a Downing Street y reivindicando un Brexit, aunque no precisamente este brexit sino otros...
En la foto (de la fachada ampliada) pueden verse las banderas que reivindican la independencia catalana y la de Escocia.
Oh my God!... Qué de divorcios!...
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