Fue y sigue siendo una institución para el pueblo de Jarandilla de La Vera: Pedro Cañadas o como todo el mundo le conoce, por haber sido dueño de un bar legendario con igual denominación: Pedro Puta Parió.
Un bar que fue famoso fundamentalmente por su nombre, aunque no se podrá negar que allí se bebía bien, que se comía mejor, y se respiraba la simpatía de la que le impregnaba su dueño, una simpatía un poco socarrona a veces, aunque bienintencionada siempre y al fin y al cabo...
Durante años fue propietario de Las Cuevas de Puta Parió, un establecimiento de hosteleria (bar/restaurante) ubicado en la casa en la que antaño vivió D. Luis de Quijada, el que fuera mayordomo del Emperador Carlos V, quien fue vecino de la localidad, los meses que fueron necesarios para rematar las obras de construcción del que sería su último retiro, en el Monasterio de Yuste...
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Un emperador glotón al que le gustaba el buen yantar con un mejor vino, quien sin duda hubiera aprobado la gestión de Pedro Cañadas, en su calidad de bodeguero, como en su día ya aprobase la de quien fue tocayo y colega suyo, al decir: "Lo mejor del mundo La Vera, lo mejor de La Vera Jarandilla, y lo mejor de Jarandilla la bodega de Pedro Azedo de la Berrueza; allí quisiera que me enterrasen para ir al cielo, porque tiene el mejor vino de La Tierra"...
Alguna otra fuente atribuye la frase a un criado del Emperador, añadiendo que el soberano celebraría después la ocurrencia, rogando al bodeguero eligiese las dos mejores tinajas, la una para enterrar al criado, la otra para sí mismo...
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