La definitiva llegada de Carlos V a España, para su retiro en la Comarca de La Vera, fue el motivo por el que se consintió en la apertura de varios prostíbulos por la zona, lugares a los que antaño se conocía como "Casas de Muñecas" y que habrían de servir para el desahogo y divertimento de su abultado séquito.
Hace algunos años escribí sobre uno de estos lugares, en la localidad de Garganta la Olla, el más aparente y conocido por los turistas. Ya entonces lo describí, de entre los que se conocen, como uno de los lupanares más antiguos de España...
No hace mucho que se ha dado a conocer la Casa de Muñecas que también existió en Jarandilla de la Vera... Este establecimiento, con toda probabilidad y por ser Jarandilla el destino al que el Emperador dirigió los primeros meses de su reposo, debió de ser el primero en abrirse. En la fotografía superior podemos verlo, en su emplazamiento del número 10 de la calle Machín.
Las Casas de Muñecas sobresalían por sus elementos exteriores, de entre los que ha de destacarse el llamativo color azul/añil de sus fachadas.
La Casa de las Muñecas de Garganta la Olla (Cáceres) uno de los lupanares más antiguos de España. Allí, con toda probabilidad, debieron consumar testosterona los destacamentos de la Guardia Personal de Carlos V, entre otros...
Llama la atención el azul celeste de su fachada que, según el decir de algunas voces, era el color con el que antaño se identificaba a los vertederos de líbido.
Particularmente delator resulta el bajorrelieve, en la base del arco que corona la entrada, un señuelo que pone de manifiesto que a falta de farolillos rojos y neones, buenas son las piedras...
NOTA: Hace algunos años tuve el honor de prestar esta foto a la Universidad de Indiana (EEUU) para ilustrar la portada de un ensayo que, sobre la prostitución en la Europa del siglo XVI, editó su departamento de Historia.
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La Casa de las Muñecas de Garganta la Olla (Cáceres) uno de los lupanares más antiguos de España. Allí, con toda probabilidad, debieron consumar testosterona los destacamentos de la Guardia Personal de Carlos V, entre otros...
Llama la atención el azul celeste de su fachada que, según el decir de algunas voces, era el color con el que antaño se identificaba a los vertederos de líbido.
Particularmente delator resulta el bajorrelieve, en la base del arco que corona la entrada, un señuelo que pone de manifiesto que a falta de farolillos rojos y neones, buenas son las piedras...
NOTA: Hace algunos años tuve el honor de prestar esta foto a la Universidad de Indiana (EEUU) para ilustrar la portada de un ensayo que, sobre la prostitución en la Europa del siglo XVI, editó su departamento de Historia.
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