Ocurría esta semana en los aparcamientos exteriores del Centro Comercial Xanadú, cuando, tras arder largo tiempo, una decena de coches quedaron absolutamente carbonizados, reducidos a su osamenta.
La polémica en la que se sumergieron medios de prensa y redes sociales se debatió entre estas dos posibles causas:
- una colilla mal apagada.
- la explosión de la batería de un coche eléctrico.
Personalmente, acostumbrado a vivir rodeado de la manipulación y escasa objetividad de los medios, admito que me produce una mayor disfagia el pensar en la culpabilidad de una colilla, para tan aparatoso desastre.
Los diferentes diarios divagaron entre estas dos posibilidades, sin definir claramente su inclinación, salvo uno, por cierto que un tanto partidista, a tenor de su nombre (https://somoselectricos.com), del que deducís su postura.
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