No parece que ni el mundo civilizado, ni aquel del que se dice que aún no alcanzó a serlo, estén manifestándose contra Donald Trump, el autoritario presidente que se empeñó en hacer un remake de aquella escena, en la que Chaplin juega con un globo terráqueo...
De sus palabras depende nuestro progreso, cuando no nuestro más que probable retroceso, y las escuchamos cada mañana sin alarmarnos, sin que pasen de ser, en nuestra consideración, más que meros titulares aliñando nuestros temas de conversación, entre el fútbol y las vacaciones, entre los temporales y la bolsa...
Así como están las cosas, el mundo debería sentir de otra manera, pero sobre todo: debería expresar ese sentir, tal y como pretende hacer este venerable ciudadano, quien se montó su propia manifestación sentado en la Puerta del Sol, en el lugar en el que la calle se hace Mayor, para contar sus inquietudes y expresar sus desacuerdos.
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