Comenzaré diciendo que soy fácilmente impresionable, que mi exacerbada curiosidad me llevó a la admiración y el disfrute de los detalles y todas las sorpresas que fui descubriendo a lo largo de mi vida…
Es probable que cuantos me leyesen alguna vez ya sepan de mi afición a compartir cuánto me impactó durante mis escasos, porque siempre me resultarán escasos los viajes…
Todo ello regado con el correspondiente frikismo al que me gusta asomarme, por supuesto que sin pasarme, con todo el sigilo con el que debe tratarse una actitud que tan fácilmente puede hundirse en el ridículo de la extravagancia…
Durante mis viajes al país vecino, que en parte también siento como mío, tras residirlo durante los años de mi infancia y adolescencia, una de las cosas que llamó mi atención, por agradable, bienvenida y por considerarla acertada, fue la posibilidad de pedir, en una destacada mayoría de sus restaurantes, lo que ellos denominan “Café Gourmand” y que nosotros traduciríamos por “Café Goloso”…
Tal y como puede verse en las fotografías, este postre consiste en un plato conteniendo un café cortado y tres mini-dulces los cuales, si bien no hay rigidez ni norma fija, pueden ser: una mousse de chocolate, una tarta de manzana y helado y crema catalana…
Desde aquí animo a nuestros restaurantes a adoptar este plato, ofreciéndolo como una más de sus posibilidades, en la carta de postres.
EXTRAIGO DE WIKIPEDIA: El concepto de "café gourmand" fue creado en 1985 para la cadena de mariscos restaurante La Criée, inspirado en mignardises gratis ofrecido con un pedido de café en restaurantes de alta gama[1][2]. Hay similitudes entre "cafés gourmands" y la tradición inglesa del té de la tarde, aunque este último es una ocasión totalmente diferente.
Es un paso más allá en una tendencia general, en Francia, al comer en restaurantes que son
más rápidos que en el pasado. En el siglo XX era común como mínimo tener un entrante, luego un plato principal, luego un plato de queso, luego un postre, luego una taza de café, y luego un digestif. Entonces el entrante dejó de ser la norma aceptada, y el plato de queso se hizo escaso, y el digestif desapareció. El "café gourmand" representa un paso más, ya que pedir el postre y el café de una sola vez gana tiempo, evitando la necesidad de tener que llamar al camarero para pedir.
Aparte de la ganancia de tiempo, el "café gourmand" tiene otras ventajas:
• Da la oportunidad de comer varios postres diferentes de una sola vez, sin sentirse culpable por las calorías ya que la cantidad de cada postre se supone que es pequeña.
• Permite al comensal endulzar la amargura del café, yendo y viniendo entre los postres y la taza de café.
• Crea una sensación de misterio y sorpresa, ya que los nombres de los mini-postres no se indican en el menú, para que el cliente no sepa lo que obtendrá de antemano.
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