La catedral de Milán (Il Duomo), es una de las más bellas del mundo: si me apuran Uds. acabaría confesando que a mí me pareció la más hermosa, y esto, en sí mismo, ya justifica que le dediquemos un post en exclusiva en los próximos días...
Pero hoy, sin alejarnos de ella, hablaremos de otro tema: el de la publicidad en los templos... Ya resulta cuestionable el hecho de que cobren la entrada para visitar la Catedral, y ¡a qué precio!, pero es que también justifican el mecenazgo en la inserción de paneles publicitarios, como el de una firma de moda que podemos ver en la primera fotografía ...
De otro lateral cuelga una pantalla digital de televisión, de grandes dimensiones, que proclama noche y día, insistentemente, las bondades del Samsung Notes 9.
El abigarrado tráfico de peatones por las calles que rodean al Duomo no justifica el que la publicidad lo invada todo... Hasta el punto de que pienso que si Jesucristo levantase de nuevo la cabeza, no dudaría en volver a echar a los mercaderes de estos templos...
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