Hoy toca escribir, desde mi más reciente viaje a Nápoles, sobre mi experiencia con sus pizzerías.
Tuve la suerte de visitar dos de las más importantes, y digo suerte porque lo habitual es tener que sufrir esperas previas interminables, para poder acceder a estos establecimientos.
Da Michéle
Es el templo mundial de la pizza, porque para aquellos que no lo sepan: este plato nació en Nápoles, y puede que fuese justo aquí, en este establecimiento...
Da Michéle permanece abierto desde 1870, vendiendo únicamente sus dos tipos de pizza:
1.- La Marguerita (es la auténtica pizza de Nápoles. Aquí, a la que nosotros conocemos como Napolitana, le dicen Romana. La pizza Margarita debe su nombre a la visita del rey Umberto I y de su esposa Margherita Teresa de Saboya, a la ciudad de Nápoles, en 1889.
2- La Marinara es la más antigua y, contrariamente a lo que su nombre indica, no lleva nada relacionado con el mar... Lleva tomate, orégano, ajo, aceite de oliva y albahaca y debe su nombre a que era la comida habitual de los pescadores, en la segunda mitad del siglo XIX
En cuando los de la mesa (que en Michéle es compartida), supieron que éramos spagnoli de Madrid: no se habló más que de fútbol y del próximo encuentro entre los clubes de las dos ciudades... Y es que el fútbol en Nápoles es una religión...!
Sorbillo
Dicen que elabora la mejor pizza de Nápoles y a fe mía que no está nada mal...
El acceder viene costando una hora de espera en una cola que, en condiciones normales, se alarga por una buena parte de la famosa calle Tribunal... El secreto para esquivar la demora, ya lo imagináis, está en ir a comer a la hora de los franceses...
Sorbillo es, junto con Michéle, la tradición napolitana hecha templetes de la pizza!
Y del precio menor no os digo nada, no me creeríais!
EXTRAS DEL POST
Ver más fotos de ambos establecimientos
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