domingo, 3 de enero de 2016

El pueblo es quien más ordena



En Lisboa, un lugar simbólico es este punto de Largo do Carmo, frente a la Escola Prática de Cavalaria, el edificio en el que se había refugiado Marcelo Caetano con los miembros de su Gobierno...

En él se rinde homenaje al capitán Salgueiro Maia, quien había venido con sus tropas desde Santarem, buscando y forzando la caída de la dictadura que durante tantos años había supuesto el Estado Novo.

        
"El pueblo es quien más ordena"

Ocurrió el 25 de abril de 1974 y se la conoce como la Revolución de los Claveles (Revoluçao dos Cravos), por el despliegue de estas flores entre la multitud y porque los militares sublevados las colocaban en el cañón de sus fusiles, en un claro simbolismo de expresar que no deseaban usarlos.

Y así fue como se dibujó una de las revoluciones más emblemáticas de la historia: no fue necesaria más violencia que la que supone el simbolismo de una flor, para acabar con más de 40 años de dictadura. 

Con la revolución de los claveles Portugal abrió sus ventanas de par en par al amanecer de una Democracia, mientras Angola y Mozambique, sus colonias durante largos años, iniciaban el camino de su independencia.

Es algo que envidio de los Portugueses: a diferencia de los españoles, a quienes puede decirse que se la regalaron, ellos hubieron de exigir su libertad... Es probable -quien sabe- que por ello la merezcan y/o valoren más...

Grándola Vila Morena, compuesta por José Afonso, una canción que había sido prohibida por el régimen, fue la banda sonora de esta preciosa Revolución. Su emisión en la radio supuso el pistoletazo de salida. 

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