jueves, 2 de julio de 2015

El Porompompon




Esta banda francesa, celebrando el día de la música en la localidad alsaciana de Ribeauvillé, nos recuerda que los españoles estamos en la diana de todos los ambientes festivos... Y no es mala cosa que así sea, aunque matizando que este pensamiento no debe necesariamente encadenarse a consideración despectiva alguna, fundamentalmente respecto de nuestra animosidad y predisposición a dar el do de pecho en otras circunstancias y contextos.

Porque estoy un poco harto de todas esas ideas que debieron nacer de nuestra generalmente escasa autoconsideración colectiva, pero que pudieron encontrar amplificador en la mediocridad de nuestros dirigentes, en sus interesadas necesidades, llevándonos a soportar sambenitos tales como los de una tradicional pereza y escasa productividad, la inclinación a la fiesta y a vivir por encima de nuestras posibilidades, etc...

Los trabajadores de la mayoría de los países europeos cuentan con jornadas laborales más cortas, con más días festivos y de vacaciones, y por supuesto con salarios o un poder adquisitivo mucho mejores que los nuestros. En una buena parte de las naciones de nuestro entorno los trabajadores se jubilan antes, con pensiones que garantizan una mayor calidad para el otoño de sus vidas, que la que nos aguarda en el invierno de las nuestras.

En lo que a violaciones de los derechos laborales se refiere estamos, según informe de este año 2015, a la altura de Rusia o de Marruecos.

Y en cuanto a cantidad de trabajo, hablaré de lo que conozco: el que un médico madrileño atienda a un paciente cada 6 minutos, está lejos y muy por encima de los estándares que caracterizan al trabajo de un médico de la UE. (En Francia, país que también conozco, son medias de 20 minutos por paciente, siendo las demás condiciones laborales también muy favorables para el médico galo)... Fuera de mi ámbito y entre nosotros: dudo que esta mayor explotación sea específica de mi profesión...

Cada día comprendo un poco mejor a los griegos, así que por favor: que no nos cuenten más milongas ni nos toquen más los h...



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