viernes, 19 de abril de 2013

La oscura golondrina


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Anidaba cada año en el interior de nuestro garaje comunitario, adónde resguardaba a sus crías de las inclemencias del tiempo ó de la posible predación del nido, colgado del ángulo que con el techo formaba la pared del fondo lateral. Cada vez que algún vecino llegaba en su coche y abría el portón desde su mando a distancia: la golondrina aprovechaba para salir del garaje en su búsqueda, o regresaba triunfante con algún alimento en el pico.

Por eso, siempre volvía a casa con el cuidado que me imponía el conocimiento del hecho: al abrir el garaje sabía que tenía de cederle el paso, algo que ella se apresuraba a agradecerme con sus trinos, mientras pasaba rozando el coche desde el impecable vuelo de sus alas.

Hoy he visto sus restos junto a la entrada... La oscura golondrina ya no volverá a escoltar nuestras llegadas... Desconozco las circunstancias que rodearon su muerte, aunque juro que nadie le pidió nunca que abandonase el nido, o el pago de mensualidades, como tampoco intereses de demora, motivos que me llevan a descartar la posibilidad de un suicidio alentado por tales y tan trágicas circunstancias.

Hoy quiero, desde mi blog y con este relato del cotidiano, brindar apoyo a quienes cada día son acosados por los bancos, violentados hacia el abandono de sus hogares y a vivir una atroz marginalidad, obligados por deudas injustamente planteadas y permitidas: ¡NO a los contratos leoninos ni a las condiciones draconianas, DACIÓN en pago YA, sin más demora!



2 comentarios:

El rincón de Ceditas dijo...

Un triste pero hermoso post. Me sumo a tu descontento!!! Dacion en pago Ya

Anónimo dijo...

Que historia tan breve y tanta razón en tus palabras. ¡Qué bien escribes y conectas, que eso es lo más difícil.
R.Serrano