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| Paseo del Pintor Rosales (Madrid). A las puertas de una embajada. |
Mientras escribo estas líneas, el nuevo año asoma por el este: ya pudimos ver, a través de los medios, los fuegos artificiales con los que celebraron su llegada en la Isla de Navidad, así como en Auckland (Nueva Zelanda) ó Sidney (Australia).
La gran ventaja que nos ofrecen las plataformas digitales es la de permitirnos, a través de las redes sociales, el acceso a todos: antiguos compañeros del colegio, del instituto (Lyceo) de nuestra adolescencia, o de la universidad; ex-compañeros y compañeros de trabajo; familiares directos y más alejados; amigos de toda la vida y otros de cuño más reciente; acceso incluso a personas a las que nunca hemos conocido y a las que probablemente nunca conoceremos...
A todos les deseo un 2.011 que rompa tendencias respecto a sus predecesores.
Que sea un año en el que vuelvan a primar, si es que alguna vez lo hicieron: la razón, la justicia social y la solidaridad... muy por delante de los especuladores caprichos de los Mercados ó del estado hormonal dEl Capital, que ahora nos esclaviza, como en su día lo hicieran los absolutismos, las religiones o las dictaduras...
En estos días se han publicado datos que ponen de manifiesto nuestro malestar y la rapidez con la que los españoles se están empobreciendo. Según éstos, los diferentes compartimentos que configuran nuestras "castas sociales" se reestructuran en torno a una perceptible disminución del número de integrantes de la que, hasta no hace mucho, fue una boyante clase media.
| "Calle de la Alegría", en un pueblo de la Comunidad de Madrid. |
Hoy por hoy y en nuestro país: el 50% de los españoles no las tendría todas consigo, y esto, por decirlo de un modo sereno, desprovisto del dramatismo que conlleva cada circunstancia individual. De ellos el 30% ya formarían parte de la humilde "clase baja" y el 20% engrosarían, si es que pueden sobrealimentar algo, el grupo de los pobres de solemnidad...
Cada noche 30.000 personas duermen en la "puta calle"...
Por todo esto....: Señores dirigentes, clase política "vocacional", jefecillos con tintes de oportunista caciquismo, banqueros, inversores y especuladores en general... Para Uds...: ¡Mis peores deseos de una buena indigestión con la cena de Nochevieja!









