Hace poco tuve ocasión de conocer un campamento de demandantes de refugio. No, no me desplacé hasta ninguna isla griega, mucho menos a Turquía ni a ningún país del Oriente Medio, fue con motivo de un reciente viaje a París del que ya os he hablado por otros motivos, seguramente más estéticos.
Desde mi alojamiento, cada mañana de turisteo recorría unas manzanas hasta la boca de metro más cercana, pasando por delante del 127, Boulevard de la Villette, el edificio que alberga la sede de France Terre d'Asile (traducido: Francia Tierra de Asilo), una entidad que gestiona la acogida de estos extranjeros solicitantes de asilo.
No fue necesario ir hasta los glúteos de Europa, en su propio corazón también existen campamentos, como los que habitualmente vemos en los medios y que actualizan el diario de nuestra desvergüenza.
Improvisaban sus dormitorios por la noche, casi siempre bajo la fría lluvia, cuando no de la nieve de finales de un largo mes de abril, para recogerlos con la llegada de la primera luz de un día que generalmente veían transcurrir desde la perspectiva de unas interminables colas.
Una tarde llegó la policía, con ella unas camionetas cargadas de operarios que, envueltos en inmaculados monos blancos, vinieron a recoger las precarias pertenenencias (colchones, bolsas de ropas, etc...) de estos desprotegidos que no volveré a ver pero que no quiero olvidar...
No fue necesario ir hasta los glúteos de Europa, en su propio corazón también existen campamentos, como los que habitualmente vemos en los medios y que actualizan el diario de nuestra desvergüenza.
Improvisaban sus dormitorios por la noche, casi siempre bajo la fría lluvia, cuando no de la nieve de finales de un largo mes de abril, para recogerlos con la llegada de la primera luz de un día que generalmente veían transcurrir desde la perspectiva de unas interminables colas.
Una tarde llegó la policía, con ella unas camionetas cargadas de operarios que, envueltos en inmaculados monos blancos, vinieron a recoger las precarias pertenenencias (colchones, bolsas de ropas, etc...) de estos desprotegidos que no volveré a ver pero que no quiero olvidar...
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