Alsacia por ser frontera natural entre dos de los países más beligerantes, fue también una de las regiones más disputadas de Europa y, entiendo que quizá no fuera por eso, también concentró muchos de los que probablemente sean los pueblos más bonitos de Francia, y también del continente.
De entre todos ellos destacaría, sobremanera y sin la menor sombra de duda, a la ciudad de Colmar, capital de la comarca vinícola alsaciana. Paseando por sus calles comprendes que probablemente se construyese para alojar a los personajes protagonistas de los cuentos, a los que no te resulta difícil imaginar saliendo de cualquiera de sus centenares de casas, con llamativas fachadas de maderas entrelazadas.
Colmar es también ciudad de canales que cruzan a la Pequeña Venecia, su barriada más turística; y de flores, de miles de flores que adornan todos sus rincones y que invito a ver en estas fotos de Google...
Pero Colmar tiene también vocación de cuna, la de Frédéric August Baltholdi, creador de la Estatua de la Libertad, el monumento más representativo y popular de cuantos los franceses legaron al mundo y a la historia. Por tal motivo resulta lógico que en el acceso a la villa luzcan una reproducción a escala de tan emblemática estatua, como también pensar que sus calles estén salpicadas de numerosas obras de este escultor, aunque ninguna de ellas se acercase a alcanzar una fama ni cercana ni parecida.
Estas son algunas de las que capté en mi viaje a Alsacia, el pasado año... En próximos días tengo previsto volver, y creedme si os digo que lo estoy deseando, entre otras cosas por aumentar éste álbum de fotografías...
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