Paseando de buena mañana por los rincones del Madrid de los Austrias, en la fachada de esta iglesia que ubicamos junto a la Plaza de los Carros, muy cerca de lugares tan emblemáticos como la Plaza de la Cebada o La Latina, puede verse esta imagen...
Una instantánea tan simple, aunque tan rotunda y de tal evidencia a la hora de desmontar argumentos o de acallar voces como las que ponen en duda que La Iglesia esté siempre al lado de los más humildes.
En este caso el edificio ha cedido espacios para que los pobres callejeros, los que pasan las noches acartonados en el refugio de sus accesos, depositen sus enseres más personales a modo de consignas o de taquillas, mientras deambulan el resto de sus miserables días por las calles de este viejo barrio...
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