sábado, 20 de enero de 2018

Subiendo a Notre Dame



Desde la altura de una de las primeras catedrales góticas del mundo, los demonios nos vigilan...

Visitar la catedral de Notre Dame de París supone recordar momentos históricos, desde la coronación de reyes como Enrique VI, o incluso de emperadores como Napoleón Bonaparte....

En Notre Dame, tras ascender por una buena parte de sus 69 metros de altura también puedes disfrutar de vistas como esta, que usamos a modo de cabecera del post, en las que un buen número de criaturas del inframundo mitológico otean incansablemente el horizonte de nuestras vidas mundanas...


Demonios, trasgos y animales grotescos, entre otras figuras del mal, se suman a las gárgolas (de gargouilles, gargantas en francés), cuya misión es despejar las aguas de lluvia que caen sobre los tejados y fachadas y que desde la fealdad de sus aspectos dieron segundo nombre al Síndrome de Hurler o Mucopolisacaridosis del tipo I, que aún recuerdo de los años de universidad.

J'ai la nuit dans l'âme
(Víctor Hugo)

Pero subir a Notre Dame también supone evocar a Quasimodo, aquél maltrecho enamorado de la gitanilla Esmeralda, que surgió del genio y la pluma de Víctor Hugo y que seguramente nos contaría miles de historias sobre estas criaturas...

EXTRAS DEL POST
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