sábado, 24 de septiembre de 2016

El Campus de Complutum


Patio Mayor de Escuelas, o de Santo Tomás de Villanueva

Durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla, allá por el año 1208, surge el Studium Generale de Palencia, el primer centro de enseñanza superior de la España Cristiana, un lugar en el que se podía estudiar Teología y Artes... Lamentablemente en la actualidad no queda ningún resto físico del edificio histórico de esta Universidad.

Pero si analizamos el ranking mundial: la primera institución de educación superior en otorgar títulos, según la Unesco y el libro Guiness de los Récords, es la de Al-Qarawiyyin, fundada en 859 por nada menos que una mujer, Fátima al-Fihri, en la ciudad de Fez (Marruecos)... Pero veamos ese ranking:
1.- Universidad de Al-Qarawiyyin, ya mencionada
2.- La de Al-Azhar, Egipto, año 970
3.- Universidad de Al-MulkNizamiyya, Irán
4.- Universidad de Bolonia, Italia, año 1088: la primera Universidad de Europa y la que acuña precisamente el término "Universidad"
5.-  Universidad de París (La Sorbonne), fundada antes de 1096
6.- Universidad de Oxford: coincidiendo con su creación, el rey Enrique II prohíbe a los jóvenes ingleses asistir a clases en la Universidad de París...
7.- de Cambridge: se constituye en 1209, por fragmentarse la de Oxford tras una gran disputa que sienta los pilares de una legendaria rivalidad entre ambas.
8.- En España: Salamanca se erige para algunos como la primera Universidad española, aunque fue fundada en 1218, una década más tarde que la de Palencia.

Sea como fuere, de lo que sí podríamos presumir los españoles es de que la Universidad de Alcalá de Henares, esa a la que también se conoce como Complutense o Universidad Cisneriana, la que desde 1998 luce el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, deja de ser un simple colegio Universitario y se erige como PRIMERA CIUDAD UNIVERSITARIA PLANIFICADA, o PRIMER CAMPUS UNIVERSITARIO del MUNDO... 

Un completo complejo de carácter Humanista en el que se podía estudiar Arte, Teología, Derecho Canónigo y Medicina. A su alrededor florecieron los Colegios Menores donde se cursaban la Gramática y las Lenguas, a los que se unieron instituciones eclesiásticas y privadas.

El Cardenal Cisneros la fundaría en el año 1499... En 1836 fue trasladada a la cercana ciudad de Madrid, aunque hoy podemos seguir disfrutando, en Alcalá de Henares, de sus edificios originales...

Puerta de la Gloria, en el Patio de Filósofos

De entre sus preciosos patios cabe destacar el de Filósofos, en el que sobresale una puerta de la Gloria que cruzaban entre algarabías los estudiantes que aprobaban el Doctorado y quienes, según mandaba la tradición, debían invitar al pueblo a comer durante tres días. La invitación solía hacerse en Cuaresma, por ser la época en que resultaba menos gravosa.

Frente a la de la Gloria: la puerta del Burro, por la que salían los que no conseguían aprobar, ataviados con orejas de asno, burlados y paseados por la ciudad donde las gentes les escupían y arrojaban los desperdicios que tenían en sus casas... Posteriormente eran manteados; un motivo por el que a los malos estudiantes se les descalificaba con expresiones como la de: "eres un manta!".  

Cuentan que Ignacio de Loyola suspendió el examen y se doctoró posteriormente en París, posiblemente por no volver a pasar por la humillación de salir de nuevo del Paraninfo por la puerta del Burro.

El Cardenal Cisneros quiso que esta Universidad, que nacía con la edad Moderna y como una avanzadilla -en España- de las corrientes renacentistas y humanistas de Europa, fuese el crisol donde se educara no sólo el clero regular y secular dispuesto a afrontar la reforma eclesiástica, sino también a los nuevos funcionarios competentes que necesitaban los reinos de España. El éxito de aquella empresa hizo que Alcalá se convirtiese en la sede de una aristocracia universitaria que hizo posible nuestro Siglo de Oro.

A pesar de esas palabras, lo cierto es que los estudios en Alcalá duraban largos años (hasta que los alumnos cumplían los 35 años) y las normas eran muy estrictas (incluían hablar siempre en latín o griego, no salir por la noche y no ser vistos en compañía femenina ni fuera ni dentro del recinto), por lo que muchos alumnos acababan desobedeciendo y siendo castigados con la cárcel universitaria o, en el peor de los casos, con la expulsión. Así les ocurrió a Lope de Vega y a Quevedo, por citar dos ejemplos... Por lo general, las historias que cuentan los guías turísticos sobre la cárcel, las expulsiones y los castigos son las que más gustan a los críos (y a los mayores), sobre todo cuando comprueban que algunos de sus protagonistas llegaron a ser grandes escritores.

La visita al Paraninfo resulta interesantísima, en sus paredes pueden leerse los nombres de profesores y alumnos más ilustres, que pasaron por aquí: a los mencionados Lope y Quevedo tendríamos que añadir a Nebrija, Santo Tomás de Villanueva, San Ignacio de Loyola, San Juan de Ávila, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y el Cardenal Mazarino, entre otros...

En el Paraninfo se celebraban los exámenes del Doctorado, que muy pocos candidatos conseguían aprobar. Se les examinaba por su tranquilidad y templanza, aunque también por sus conocimientos... Mientras respondían a las preguntas que los profesores les hacían, el público asistente (mayoritariamente estudiantes) podía insultarlos, increparlos y distraerlos de mil maneras... Aprobar era casi un milagro. Subido en su púlpito o cátedra el aspirante a doctor tenía a su lado a dos alumnos, uno que le ayudaba y el otro que le dificultaba el examen, resultaba todo un espectáculo...

En el Paraninfo también pueden verse los nombres de todos los premios Cervantes que en su interior entrega el Rey anualmente, cada 23 de abril.

Hospedería de los Estudiantes

No resulta menos interesante la visita de la Hospedería de Estudiantes, en la que pueden verse sus apartamentos e imaginar su modo de vida.



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