lunes, 25 de febrero de 2013

Nuestras rubias


La Peseta nació como unidad monetaria oficial de España en 1868, sustituyendo al escudo, el día en que el entonces Ministro de Hacienda del Gobierno Provisional del General Serrano, Laureano Figuerola, firmó el decreto que la proclamaba como tal y que coincidió con la entrada en vigor del Sistema Métrico en el contexto de la Unión Monetaria Latina

No obstante, es necesario decir que por aquel entonces y desde unos sesenta años antes, ya existían monedas acuñadas con la inscripción "Pesetas": la primera de ellas no tuvo un origen demasiado español, dicho sea en el marginal contexto de una nota de humor, por haber sido acuñada en Barcelona y durante la dominación Napoleónica, en el año 1808

Posteriormente, tras la coronación de la reina Isabel II -concretamente en los años 1836 y 37- volvieron a acuñarse monedas con la inscripción "1 Peseta", que sirvieron para pagar a las tropas institucionales que lucharon en la primera Guerra Carlista, motivo por el que se conocería a éstos combatientes con el nombre de "Peseteros".

Hasta la entrada en vigor de nuestra moneda oficial, en España existían 21 unidades monetarias en circulación. Para la ocasión del comienzo de su andadura la peseta apostó por la elegancia de la plata, metal en que fue acuñada sistemáticamente y hasta 1937, año en que empezaron a circular pesetas con el rostro de una mujer, personificación de la República, que acabarían llamándose "Rubias" por el color que les confería la aleación de cuproniquel con que se fabricaron.

Como todos sabemos, la que fue nuestra divisa a lo largo de los más de 130 años que contemplamos, dejó de circular el día 28 de febrero del año 2002, poco después de que el 1 de enero de ese mismo año, el euro viniese a ocupar su espacio.

A pesar de que nuestro país no fuera precisamente una potencia económica, lo cierto es que tuvimos una moneda muy meritoria, que supo estar a la altura y mantener su valor frente a aquellas de su entorno con las que en justicia habría de medirse. Puede sorprender, en un pueblo tan necesitado en ocasiones de autoestima como el español, una trayectoria tan digna como la que tuvo la peseta; para decirlo con cifras, el lenguaje más preciso en éste ámbito: la Peseta nació en 1868 con un valor basado en la paridad exacta con el Franco francés y la Lira italiana, de manera que:

En 1868                                            1 Peseta = 1 Franco = 1 Lira

Como todos sabemos la peseta se disuelve en el euro a la par que las otras dos divisas, en 2002, con lo que resulta fácil y oportuno comparar las tres trayectorias. Para tal disolución dos años antes se establecieron los tipos de conversión irrevocables del euro, con lo que...

En 1999                                    1 Peseta = 11,6 Liras = 3,94 Francos

Es decir y a modo de resumen: en 130 años la peseta ha mantenido su valor 10 veces mejor que la Lira italiana y 4 mejor que el Franco francés, siendo ambas las monedas con las que equivalía y teniendo en cuenta que en 1958 el Franco pasó a costar 100 veces su anterior valor, con la creación de lo que se dio en llamar "el Franco nuevo"...

Dicho sea también de paso: el Marco alemán aún tuvo peor comportamiento que las tres monedas que analizamos, debido fundamentalmente a las dos guerras mundiales, pero también a la hiperinflación que habría de sufrir en los años 20 del siglo homónimo, durante la República de Weimar.

¿La moraleja no será que cuanto preconizan los economistas respecto de la austeridad, la contención del gasto y la estabilidad... son auténticas mandangas?