miércoles, 17 de octubre de 2012

Desuso




Las mal entendidas medidas de austeridad, junto con las otras tan inapropiadas como aquellas, que se han venido tomando desde que se comenzase a admitir la existencia de una desaceleración, ralentización ó crisis, no han servido más que para disparar unas cifras de desempleo que ya asolaban a nuestro país, al igual que a otros cuyas economías pasaban y pasan por trances similares.

Desde aquel 10% de la población activa en datos de abril de 2.008, hasta casi el 26% actual, no creo que pudiesemos encontrar, por más que las buscásemos, pruebas más delatoras e irrefutables que la claridad de estos datos a la hora de demostrar la ineficacia de unas decisiones, la inutilidad de los gobiernos que las tomaron o la ausencia de fundamento, autoridad o vergüenza de aquellos que les empujaron a hacerlo.

Las previsiones para los próximos años, las oficiales, así como aquellas que emanan de criterios menos partidistas como las de las agencias calificadoras o del Fondo Monetario Internacional (FMI), se apuntan a ser funestas, a la par que alejadas de las que adelantan nuestros gobiernos. Tales organismos, y por otra parte, también vinieron siendo contradictorios consigo mismos respecto de las medidas y los consejos que les hemos tenido que soportar, con cierta periodicidad y desde nuestra caída en desgracia.

Cualquier criterio económico, por neo-liberal que fuese, debería supeditarse siempre a unos mínimos de respeto hacia la dignidad del ser humano y aquellos, sus derechos fundamentales, que han venido siendo recogidos por leyes, códigos y declaraciones, a lo largo de los últimos siglos.

El auténtico problema de nuestra sociedad no son los proletarios asalariados, ni los pobres o los parados: nuestro problema es el excesivo y distorsionado protagonismo del capital, son los ricos, los que mueven grandes fortunas desde la especulación de sus operaciones, son los que con sus decisiones siempre acaban repartiendo las migajas...  

La fotografía me ha parecido una perfecta alegoría de cuanto nos está pasando: un cartel de trabajador (obras) volcado y apoyado contra una pared de piedra, esperando un destino mejor... Si la traducción exacta de empleo resulta ser uso o utilidad: pensemos bien en quienes son los inútiles a los que deberíamos dejar en desuso...



No hay comentarios: