Aquí nació Carlos V, en una fría noche del mes de febrero del año 1500... Aquí vería la luz el hombre que logró las cotas más altas de poder de toda la historia de la humanidad y que, a pesar de tan alta cuna, vino al mundo en un escenario desprovisto de toda dignidad: al confundir Juana de Castilla -su madre- las contracciones del parto con un cólico abdominal, lo primero que alcanzaría a ver el pequeño Carlos fue el oscuro agujero de unas letrinas...
Justo enfrente de esta "puerta oscura" se encuentra la estatua del "penitente gantés", que representa otro momento destacado de la vida de Carlos V en la ciudad de Gante: corría el año 1539 cuando sus habitantes, hartos de sufragar las guerras del emperador mediante el pago de elevados impuestos, se rebelaron contra él desde el desencanto...
La revuelta fue rápidamente sofocada por el Emperador, quien no perdonó la afrenta y así ordenó, el 3 de mayo de 1540, que los rebeldes desfilasen descalzos hasta Prinsenhof, ataviados con un ridículo camisón y portando una soga al cuello, como los ahorcados, para advertirles de que no se les daría otra oportunidad...Los ganteses recuerdan el castigo CON orgullo, desfilando desde entonces con la soga al cuello, cada año, en los primeros días de julio...
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