miércoles, 25 de julio de 2018

Arenas movedizas


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El Monte Saint-Michel está situado entre Normandía y Bretaña, en medio de una bahía de 40.000 hectáreas, a la que atraviesan tres ríos y en la que se suceden cada doce horas, rítmicamente y cual impresionante espectáculo que puede observarse desde las murallas de la abadía, las mareas más grandes del mundo. 

A las más intensas se las conoce como "mareas vivas", suelen acontecer entre 36 y 48 horas después del cambio lunar. En épocas de mareas vivas, en un movimento rápido e incesante que tiene lugar dos veces al día, el mar recorre más de 15 kms hasta el monte...

Se trata de un espectáculo natural increíble, aunque también muy peligroso para los imprudentes que se aventuran por los arenales, ya que pueden acabar siendo víctimas de la brusca subida de las aguas, a una increíble velocidad que se ha dado en equiparar con el galope de un caballo...
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Pero otro de los peligros de la bahía son sus arenas: la construcción de diques para contener el mar y de presas en los ríos agravó el fenómeno... También lo hizo el avance de los pastizales. Cada año se acumulan en la bahía más de un millón de metros cúbicos de sedimentos arenosos, el equivalente a unos 100.000 camiones!

La lucha contra este problema es actualmente y por su tamaño una de las obras ecológicas más importantes del mundo, consistiendo en favorecer el desagüe de los ríos, eliminar diques e incluso en desplazar los aparcamientos estableciendo un sistema de autobuses para acceder hasta el Monte.

Otro de los peligros intrínsecos a tal depósito de arenas en un entorno de mareas cambiantes es el de la acumulación de arenas movedizas, que pueden representar una auténtica trampa mortal... 

Por todos estos motivos se desaconseja rotundamente el adentrarse a hacer caminatas por la bahía sin la compañía y el consejo de un guía experimentado.



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