jueves, 15 de septiembre de 2016

Mendicidad organizada



Lo he dicho alguna vez, aunque me gusta repetirme: hay Forelatos que se justifican únicamente en la singularidad de una fotografía... Sin duda este sería uno de ellos...

Madrid amanece y bulle, que no es poco, en una mañana de verano que supone un respiro en la sucesión de sus infinitas olas de calor... 

Sale el sol... Sus rayos rozan acariciando el colorido y brillante adoquinado de la Plaza Mayor... 

Los locales comienzan a abrir sus puertas, amén de alguna que otra cafetería que las corrió horas antes, ofreciendo el reclamo de sus churros.

Unos guías turísticos despliegan anchos paraguas convocando a sus acólitos. Hay mimos que pasean sus anquilosadas piernas, en el pre-calentamiento de lo que será una jornada más de quietud.

Empiezan a verse los primeros grupos de extranjeros aunque, ya se sabe, no todos son turistas...


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