Una de esas cosas que salpican y dan sentido a la parte más oscura de nuestra identidad: un club de alterne, uno de tantos y de cuantos podemos encontrar en cualesquiera de nuestras carreteras, y cuyas pintadas explicarian muy poco más que el significado de su nombre.
En la fachada del Club "Sorpresa" de Madrid pueden leerse sentencias que con toda probabilidad resultarían de un probable desamor, desprecio o cuando menos de una vengativa contrariedad...
Desde la perspectiva de los Derechos Humanos y de defensa de los de las Mujeres, la instantánea viene a recordar la situación de violenta desigualdad y grave desprotección en la que se encontrarían las más de 300.000 que ejercen la prostitución en España, frente a las cuales los poderes públicos, los agentes sociales, así como la sociedad en general, se mostrarían incapaces de aportar soluciones adecuadas...
Ese "Puta Mala" y el "Mala Mala" que lo sigue y apostilla, distarían mucho del respeto que, para con ellas y tan acertadamente, nos muestra el cantautor Joaquín Sabina en una de sus más aclamadas composiciones y por quien este post no sea probablemente más que un pretexto para homenajearlo y recordarla.
Si a media noche, por la carretera
que te conté,
detrás de una gasolinera
donde llené,
te hacen un guiño unas bombillas
azules, rojas y amarillas,
pórtate bien y frena.
Y si la Magdalena
pide un trago,
tú la invitas a cien
que yo los pago.
...
Dueña de un corazón,
tan cinco estrellas,
que hasta el hijo de un Dios,
se fue con ella,
y nunca le cobró
La Magdalena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario