martes, 12 de noviembre de 2013

¡Bravo por la música!



A los vecinos de Villarrubio, en el kilómetro 95 de la carretera N-III, les honra el monumento que en su día levantaron a Nino Bravo, quien falleció en accidente de tráfico el 16 de abril de 1973, poco después de que el BMW matrícula de Gran Canaria que conducía diese varias vueltas de campana, tras salirse de la curva que accedía a este pueblo conquense de no mucho más de 200 habitantes.

Hoy el pueblo está hermanado con Aielo de Malferit (Valencia), localidad natal del cantante, y es cierto que nunca faltan flores en la base de esta cruz, que honra su memoria, y que supone un evidente reclamo para el constante peregrinar de admiradores y fans del intérprete...

Aunque muy en el fondo creo que, permítaseme el devaneo reflexivo y sean tolerantes en su valoración crítica: es ésta una muestra más de nuestra sempiterna cutrería nacional... Que un cantante de la categoría y nivel del que hablamos, capaz de seguir erizando el vello de varias generaciones, tras más de 40 años y con el recuerdo de su música, no consiga más homenaje que el de una improvisada y maltrecha cruz en un descuidado paraje, es algo que dice muy poco o que quizá, y es peor si cabe, diga demasiadas cosas de nosotros...





¿Quien de cuantos han escuchado "Libre", "Noelia", "Un beso y una flor", ó "América" negaría un euro para hacer algo más digno?... ¿Adónde quedan sus herederos y quienes cobran los derechos de tales canciones?...