sábado, 17 de noviembre de 2012

Huelga decir de la huelga...




Numerosos son los detalles que, a la hora de ilustrarlo, podrían poner de manifiesto el choteo que supone una democracia como la nuestra; con tal propósito les invito a recordar las promesas y programas electorales que nos animaron a elegir a algunos de nuestros representantes, seguidos de los "donde dije digo, digo Diego" con los que nos obsequiaron tras su elección.

A la cabeza de tales despropósitos habríamos de situar irresolublemente a nuestro actual gobierno, ya que no creo que se produjesen nunca, en el acontecer de nuestra inmadura democracia como tampoco en el horizonte global de nuestra historia general, tal cantidad de embustes, de promesas incumplidas y esperanzas rotas como las formuladas por nuestro poco apreciado presidente Rajoy.

Por tales circunstancias al pueblo, a aquellos que aún tienen trabajo y no arrojaron la toalla, no le quedan muchas formas de expresar su indignación más que a través del pataleo que supone la convocatoria de huelgas y/o manifestaciones, que el gobierno manipulará interactuando con las cifras, los datos del consumo eléctrico, la información aparecida en los medios, etc...








Los "poco más de 30.000 manifestantes" que según la delegada del Gobierno, se dieron cita en Madrid y con motivo de la última Huelga General (14N 2.012) debían tener, a juzgar por el espacio físico que alcanzaban a ocupar en las imágenes aéreas, un más que preocupante Indice de Masa Corporal, que en la mayoría de los casos debía rayar en la obesidad mórbida.


Pero al igual que soy crítico con aquellos, me exijo el deber de serlo del mismo modo con algunas de nuestras acciones: y es que pocas cosas son tan contradictorias con los ideales de una democracia como la imposición, muchas veces violenta, del ejercicio de la huelga por parte de unos piquetes supuestamente informativos.

Y también relacionadas con huelgas y manifestaciones, los máximos exponentes del ejercicio del juego democrático tras las elecciones,... ¿Qué decir de las infiltraciones de las fuerzas de orden público, de paisano y con el pretexto de soliviantar los ánimos de los manifestantes?;... ¿Y de las brutales y poco selectivas cargas policiales contra la población, sin los cuidados que se derivan de la profesionalidad de discriminar a inocentes transeúntes, niños o ancianos?

La palabra huelga deriva del verbo holgar, esto es: estar ocioso. Los catalanes, con sus excedentes de sentido práctico y por su significado también relacionado con la inactividad, la denominan "vaga"... Se pretende que con la elección de no ir a trabajar un grupo de personas manifieste y reivindique determinados desacuerdos y posturas... "Huelga" decir que sobra toda forma de violencia, así como todo lo demás...




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