jueves, 15 de noviembre de 2012

El chocolate del loro


La historia del chocolate puede perfectamente resumir ilustrando glorias pasadas en nuestro país, que antaño alcanzó a brillar con luz propia, para acabar arrastrado por el torrente de la decadencia hasta el pelotón del olvido.

El primer nombre que se le dio al árbol del cacao ya nos anticipaba el que sería un rotundo éxito: al ser denominado Theobroma por la comunidad científica, se asumía que sus frutos debían constituir un alimento propio de dioses.

Fue el extremeño Hernán Cortés quien descubrió y envió las primeras semillas de cacao desde tierras aztecas a España, un producto cuyas propiedades y explotación serían rápidamente asumidas y asimiladas por su paje de cámara, Don Pedro de Astorga, quien junto a otros maragatos que le acompañaban  convertiría a la pequeña localidad castellano-leonesa, en la Ciudad del Chocolate por antonomasia.

Tal es así que a principios del siglo pasado llegaron a coexistir, en tan pequeña urbe (hoy cuenta con menos de 12.000 habitantes), hasta un total de 45 fábricas dedicadas a la elaboración del cacao.

La bebida se popularizó rápidamente en nuestro país, siendo para los españoles algo parecido a lo que el té constituyó siempre para los ingleses, y justificando el que en la península el café no llegase a ser consumido hasta muchos años después de su arraigo en el resto del continente europeo.


Palacio Episcopal, obra de Gaudí, en Astorga

Su conocimiento de los lácteos y la iniciativa de mezclar el cacao, rebajándolo y dulcificándolo con leche y azúcares, llevó a la empresa suiza Nestlé a principios del siglo XX, a encaminarse hacia la supremacía mundial en lo que a su fabricación y comercialización se refiere, así como al consecuente y paulatino cierre de las empresas familiares que hasta entonces habían vivido de la elaboración de este manjar quienes, probablemente y por haber querido ahorrarse el chocolate del loro, no supieron lidiar con esta competencia, ni gestionar adecuadamente su supervivencia.

Hoy Astorga es más conocida por sus hojaldrados que por haber sido la puerta de entrada del chocolate en occidente. No obstante y para más información puede visitarse su Museo del Chocolatecuando menos virtualmente...



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