martes, 20 de diciembre de 2011

Rompiendo una lanza

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De todos los madrileños es presumido, cuando no sabido, que la calle más larga de la ciudad, a la par que una de las más antiguas, es la de Alcalá. Es este un dato al que hacen obvio las proporciones y del que no cabe esperar sorpresas por parte de nadie.

No obstante, tal evidencia en el conocimiento cambia totalmente cuando nos preguntamos por la que ostentaría el mérito de ser la más corta. Según la mayoría de las fuentes sería la de Rompelanzas, una calle de apenas 10 metros, entre las populares y peatonalizadas de Preciados y Carmen, a pocos pasos de la Puerta del Sol.

Cuando se construyó era más estrecha que hoy, tanto que el primer carruaje que la atravesó apenas cabía, motivo por el que al pasar se le quebró una lanza. El carruaje pertenecía al corregidor Luis Gaitán de Ayala, quien poco antes habría ordenado el derrumbe de cuantos edificios abrirían el paso que supone la calle que, a raíz de la anécdota, empezó a conocerse con el nombre que habría de llevar ya siempre (datos de Guía Madrid Insólita Secreta).


.Otra teoría apunta que sería la supuesta calle de Madrid la cual, más que proclamar la chulería de quienes tienen una calle con el nombre de su propia ciudad, les otorgaría cierta humildad ya que no tiene números ni portales, siendo un resultante de los derribos que hubieron de ejecutarse, durante el pretendido intento de rediseñar los aledaños de un ayuntamiento, que durante muchos años se ubicó en la Plaza de la Villa.



.Ya que hablamos de la cortedad de algunas calles madrileñas, y antes de zanjar este apasionante tema, mencionaros la que según el libro Guiness de los Récords sería la calle más corta del mundo...
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Y hacerlo aún consciente de que podríamos entrar en la inadecuada consideración de calle, para lo que no parece ser más que una esquina de poco más de dos metros, que no cumpliría con la exigencia de algunos criterios mínimos, como el de tener una acera de enfrente.
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Se trata de Ebenezer Place, que ubica la fachada y la entrada al restaurante Mackay's, del hotel homónimo, en la población escocesa de Wick. 
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El escritor Robert Louis Stevenson pasó una parte de su infancia en Wick, motivo por el que hay referencias a la calle en su conocidísima novela: La isla del tesoro.
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Merece preguntarse: ¿cúantos clientes llegarán a deber anualmente, los propietarios del Hotel Rte. Mackay's, a la curiosidad que supone tan destacada consideración?. A la hora de la comida... ¿elegiría Ud. un restaurante por tal motivo?



1 comentario:

Anónimo dijo...

Que paseo tan agradable e ineresante por este callejero !