martes, 24 de agosto de 2010

Belleza del gallego



Paseando junto a la vieja muralla de Lugo recojo una imagen que podría dar mucho juego, a la hora de abordar el controvertido tema de la vivienda y la especulación inmobiliaria, los frecuentes abusos de los constructores y su supuesta -algunas veces contrastada- complicidad con las administraciones locales...

A pesar de que sé que es lamentable, aunque resulte maldita la gracia, lo cierto es que los problemas ajenos siempre tienen ese lado cómico con el que en esta ocasión opto quedarme. Y sobre esta base no hablaremos de constructores ni de administraciones locales -permítaseme el giro- sino de filología.

Hace algunos años contemplábamos en televisión un spot que apoyaba su mensaje en la belleza de determinadas expresiones gallegas, expresiones que no me resultaran difíciles de recordar en tanto en cuanto llegaron a cautivarme, hasta el punto de que quise indagar acerca de sus diferentes significados.


Eran estas cuatro palabras:

LUSCOFUSCO: Es ese momento fugaz en el que se despide el día y la llegada de la noche se hace inminente; en el que los objetos comienzan a perder la nitidez de sus formas.

BADALADA: El golpe que da el badajo (en gallego badalo), en la campana.

MORRIÑA: El sentimiento de nostalgia de los gallegos condenados a vivir lejos de su tierra, cuando tienen ocasión de evocarla. Para ellos la morriña es casi una seña de identidad, en ocasiones de una profunda tristeza, habida cuenta de que muchos de los emigrantes que en su día marcharon lo hicieron solos, dejando atrás a toda su familia.

CARBALLEIRA: Conjunto de robles, muy habitual en el paisaje gallego.


Mas recuerdo que no me detuve en significarlas; mientras lo hacía di con alguna más que merece también ser destacada, ya sea por su belleza o simplemente por su sonoridad:

VAGALUME: Luciérnaga (luz que vaga...).

BOLBORETA: Mariposa.

ARDORA: Fosforescencia o luminosidad en el mar, producida por los movimientos de los peces u otros organismos.

SAUDADE: Sentimiento de melancólico recuerdo.

CARALLADA: Lo que le han hecho a los propietarios de las viviendas que aparecen en la fotografía de la cabecera de la página. Quiera Dios que no olviden, en el momento en que vayan a asomarse a sus terrazas, que el contructor acabó no haciendo los balcones que habían sido proyectados...



Sonriamos amigos, porque nunca nos faltarán motivos para justificar el dejar de hacerlo.



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